Cuando recibas flores, rocíalas con un poco de agua.
Quita las hojas de la parte inferior del tallo: si se descomponen en el agua, producen vapores que perjudican a las flores
Coloca las flores en un jarrón lavado con agua caliente y jabón, bien enjuagado.
Llena el jarrón de agua y añade alimento para flores: Contiene nutrientes que las harán durar más tiempo.
Añade una cucarachita de lejía por cada litro de agua para mantener el agua limpia y luchar contra los microorganismos.
Sitúa el jarrón en un lugar fresco, en el que NO le dé el sol directamente.
Cámbiale el agua a las flores cada dos días.
Corta un trozo del tallo cada dos días, así las flores recibirán un flujo constante de nutrientes y agua.