¿Por qué celebramos el 1 de Noviembre el Día de Todos los Santos?
Cada año, por estas fechas, el día 1 de Noviembre vuelve a ser fiesta en todo el territorio español. Pero ¿sabemos realmente qué se celebra? El Día de Todos los Santos, en España, es una fiesta significativa por su origen religioso y eso la convierte en una celebración, ya con muchos años de historia.
Esta fiesta de Todos los Santos tiene su origen sobre la mitad del siglo IX, cuando el Papa Gregorio IV decidió extender la celebración del día 1 de Noviembre a toda la Iglesia Católica, conmemorando a todos los difuntos, que aun habiendo superado el purgatorio, se habían santificado plenamente consiguiendo la “la vida eterna” en presencia de Dios.
También esto nos explica el origen de su nombre ya que en esta fiesta también se rinde tributo a los santos que no han sido canonizados pero viven en presencia de Dios.
La forma tradicional y destacada en esta fecha es visitar las tumbas de nuestros seres queridos para demostrarles que todavía les recordamos. Este ritual está ligado a las generaciones más mayores, ya que en su momento lo han vivido con más intensidad. En España, las personas que acuden a los cementerios suelen llevar flores a sus antepasados en forma de regalo. Y es usual y común acudir unos días antes de la celebración a los cementerios para limpiar la sepultura y dejarla adecuada para el día en cuestión.
El día 1 de noviembre es el día en el que más flores se venden en España, superando incluso a San Valentín. Muchas veces son artificiales, pero la mayoría apuestan por coronas o centros de flores naturales, siendo el crisantemo la variedad más solicitada, seguida de las rosas, claveles o margaritas.
La alta demanda afecta a los precios que siempre suben por estas fechas sobre todo en algunas flores.
Como curiosidad, el Día de Todos los Santos también se representa en algunos teatros, la obra de José Zorrilla “Don Juan Tenorio”. El motivo es que el acto final de dicha actuación tiene lugar en la noche de Todos los Santos y además, el tema de la obra está muy relacionado con la muerte. También es común que haya representaciones en algunos cementerios de España donde se recrea dicha función por la noche.
Como toda tradición normalmente está ligada a una comida. En el caso del 1 de noviembre, no podía ser menos, ya que existen multitud de dulces que se asocian a esta festividad. Entre ellos se encuentran los buñuelos de viento, rellenos de crema, nata, chocolate o café, destacan por su forma redondeada y por su contundente sabor. El origen de este dulce, la verdad es que no está muy claro, pero su receta apareció por primera vez en el siglo XVII gracias al cocinero real del Rey Felipe II. Dicha tradición asegura que si te comen un buñuelo se salva un alma del Purgatorio.
Por otro lado están los huesos de santo, riquísima masa para los amantes del mazapán en forma de tubo que después de ser cocinado es rociado por un sirope adquiriendo una tonalidad beige que da nombre a este planto. Los tradicionales dulces están rellenos de yema de huevo dulce, aunque hoy en día los podemos encontrar rellenos de muchos otros sabores llegando a serlos más exóticos como la mermelada o coco.
En Cataluña, Aragón, Valencia y también en las Islas Baleares son famosos los panellets. Están hechos con una masa dulce hecha con almendra molida, huevo, azúcar y ralladura de limón. Seguro que si los ves sabes enseguida cuales son porque se caracterizan por los piñones que recubren el exterior junto con una finca capa de clara de huevo.
Todos estos dulces son típicos del momento y se pueden encontrar fácilmente en muchos mercadillos callejeros o ferias que se celebran por etas fechas en toda España.
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