¿Quién decide los colores?
¿Es tan importante, o no, con el color con el que nos vestimos, si hablamos de azul o rosa?
Cuando tenemos que enviar flores para el nacimiento de una niña, se suelen enviar con los detalles en rosa y si es para un niño, van en azul.
Pero esto no ha sido siempre así. Lo cierto es que estos colores no han estado asociados biológicamente al sexo del bebé.
Estos tonos pastel no se usaron para los bebés hasta la Primera Guerra Mundial, antes se optaba simplemente por el color blanco nuclear, hasta los 6 ó 7 años, simplemente porque era más fácil de lavar y blanquear si los niños se pringaban y, por otro “se evitaba el riesgo de vestir al bebé con la ropa errónea y que creciera pervertido”.
No es hasta después de la I Guerra Mundial cuando encontramos la primera diferenciación entre estos dos colores.
Y aquí viene la sorpresa: la revista ‘Earnshaw’s Infants’ Department’ publicó en 1918 lo siguiente: ‘La regla generalmente aceptada es rosa para los chicos y azul para las chicas. La razón es que el rosa es un color más decidido y fuerte, más adecuado para los niños, mientras el azul, que es más delicado y refinado, es mejor para las niñas.’ Esto era la tendencia y como todo, tardó en calar en la sociedad, eso y que cada gran almacén decidía por sí mismo qué color asignaría a cada sexo.
Pero la concepción final que tenemos hoy en día de estos dos tonos, llegó en el 1940, cuando después de la II Guerra Mundial se decidieron cambiar las tornas básicamente porque sí y porque por moda los retailers lo decidieron así.
Y nosotros así lo aceptamos, o casi, porque entre que la masa lo aceptaba y el conato feminista de los 60, en el que las madres decidieron vestir a sus hijas igual que a los chicos, por el tema de la igualdad de género (hecho que provocó que durante dos años los grandes almacenes Sears no produjeran ropa de bebé rosa), las prendas sin género para bebés continuaron prácticamente vigentes hasta mediados de los 80, cuando definitivamente se asentó la idea de niños de azul y niñas de rosa.
Volviendo a los años 40, el efecto babyboom tras la II Guerra Mundial, niños que, nacidos tras este periodo, alcanzaron la madurez en los 80, que crecieron con la nueva moda génerocromática y que comenzaron a aplicarla a sus propios bebés al finales del siglo XX. Aquí está la explicación.
Resumiendo:
Antiguamente todos los bebés vestían de blanco nuclear hasta que llegaron las modas y con ellas los grandes almacenes y decidieron separar los sexos por color.
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